Quiza sea el retrato una de las partes de la fotografía mas complicadas de ejecutar, y tal vez una de las mas llamativas artísticamente si este esta bien ejecutado.
Implica una gran comunicación con la persona que tienes delante de la cámara, y solo de esta manera puedes congelar los rasgos mas característicos de la persona.
Pero, ¿que es lo que hace tan especial a los retratos?
En la fotografía de retrato no solo se busca la belleza como concepto, va mas allá: La fotografía de retrato busca inmortalizar la esencia de la persona, sus rasgos y características y sobre todo su carácter.
Una buena amiga me pregunto en una ocasión si creía que se podría fotografiar el alma, y afirme que rotundamente si, y la forma de hacerlo es mediante un buen retrato, donde esa persona te va a contar su vida en tan solo un impacto.
Y ahora os estaréis preguntando, ¿ pero y tu como lo haces ?
Los que hayáis leído sobre el tema os dirán siempre lo mismo, crear un buen ambiente, hablar con la persona, utilizar una lente idónea, y yo…pues la verdad que no uso ninguna de estas técnicas, llamadme anarquista si queréis.
Solo me hace falta un rato para disparar unas fotos y el retrato me suele salir solo, y sobre lentes y demás…pues tampoco uso nada en especial que contenga la formula mágica de la ecuación, he hecho retratos con angulares, con ópticas fijas, teles-zoom o lo primero que me ha caído a mano o me ha sugerido algo.
Cierto es, que prefiero grandes aberturas antes que aperturas mas cerradas, pero tampoco es mi tónica general. Lo importante es sentirte cómodo con el material que dispones y que la cámara «vibre» en tus manos para sentir y captar todo lo que la persona que tienes delante te esta diciendo.
Para mi la técnica es muy relativa, la observación y el momento lo fundamental.